Cada jugador tiene su propio monstruo, en una pieza redonda de acrílico. Por otro lado, tenemos varios complementos y ropajes que se amontonarán sobre la mesa.

En una primera parte del juego, voltearemos la carta superior del mazo, y, en la segunda parte, deberemos de vestir a nuestro monstruo con todos los accesorios necesarios antes que el rival. Una vez lo tengamos, gritaremos ¡Disfrazado!, de esta forma habremos ganado la ronda y nos llevaremos la carta. Ganará el primero que consiga hacerse con 5 cartas.